México tiene dos festejos que están relacionados: el 7 de junio, día de la Libertad de Expresión, y el 4 de enero, Día del Periodista que, como suele decirse, es la fecha en que la “caballería” tiene un motivo para celebrar.
En junio se hace el evento creado por aquel hombre fundador de la cadena de los “Soles”, el coronel García Valseca, en un acto que para muchos es la ocasión de mostrar un gran agradecimiento al gobierno por “permitirnos” disfrutar de una libertad de expresión que vive condicionada a muchas cosas.
El 4 de enero, los que andamos en la calle buscando la entrevista o la noticia tenemos nuestro festejo, “nuestro” día, y algunas autoridades se acuerdan, aunque no es lo importante el que el servidor tal o cual se acuerda, ya que, finalmente, tenemos que considerar que lo más importante de esta fecha será el recuerdo de que no tenemos por qué doblegar nuestra opinión ante nada ni nadie.
En la Universidad nos preguntamos ¿Qué es ser periodista?
Los muchachos, casi en su totalidad, participan de la clase y emiten diversos comentarios; unos, la verdad, hay que tenerlos como signo de alerta, porque la opinión de los jóvenes que vienen empujando detrás nuestro no nos favorece, y es precisamente por la actitud de algunos integrantes del medio, empeñados en que la gente nos aborrezca.
Pero claro, sabemos que hay gente muy valiosa en el mundo del periodismo: Carlos Marín es uno de ellos pese a lo que se diga fuera de nuestro suelo.
En México hay gente que se dedica al periodismo que realmente conoce la profesión y sabe desempeñarla; claro, como en cualquier parte, existen los que sí tienen idea y los que no, los que se desempeñan con el compromiso de hacer de la información el arma para la comunidad a través de la noticia, pero también hay quien tiene carencias importantes.
Para todos los periodistas el 4 de enero debe ser una fecha que nos haga ser recordados, pero más importante, que nos permita acrecentar el compromiso que tenemos para con la sociedad: ser mejores periodistas cada día, no abusar de la palabra para fines personales y, sobre todo, tratar de establecer a través de nuestro trabajo cotidiano, una manera digna de contar las cosas para que quienes viven cerca de nosotros sepan lo que pasó, y luego, tranquilamente, emitan su propia opinión, pero basados en lo acontecido, no en lo que pensamos que aconteció.
Ser periodista, como decían los viejos maestros de la “Carlos Septién García”, es algo más que un profesionista que busca la información: hay que entenderla y saberla transmitir, porque si somos buenos para encontrarla pero no tenemos la capacidad suficiente para transmitirla, seguramente no trascenderemos como estamos llamados a hacerlo a través de los medios masivos de comunicación -los mass media- que son ahora tan importantes en una sociedad que crece y se capacita a un ritmo vertiginoso.
Los periodistas somos un grupo difícil, lo entendemos, y también tenemos un gran compromiso a cuestas, porque a veces no nos tranquilizamos lo suficiente como para tratar de manejar en forma fría e imparcial la información que queremos transmitir a los demás.
Hacemos el llamado a nuestros colegas para que el día de hoy no convirtamos la jornada en una celebración única, sino que tratemos de celebrar durante los 365 días del año lo que somos, y el privilegio que tenemos al poder transmitir lo que acontece a los demás.
Compartamos el privilegio de ejercer una de las mejores profesiones que hay, porque tenemos el privilegio, también, de poder establecer un contacto totalmente directo con la gente de cualquier nivel y profesión, con el que sabe y el que no, el bueno y el malo, con el ser humano en todas sus dimensiones y facetas.
Somos los periodistas esos individuos, un poco bohemios y un poco anacoretas, que convertimos cualquier cosa en noticia, pero sobre todo, los que procuramos que la gente se forme una idea u opinión de las cosas cuando consideramos que lo que ha sucedido puede cambiar el rumbo de una persona, un grupo, una ciudad o una nación.
Felicidades a todos los periodistas del mundo, y el deseo de que sea un mejor el año que inicia, y que nuestra actitud profesional se consolide, crezca y se afiance en bien de la comunidad, a la que nos debemos.
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