scribe: Claudio F. Orenday
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PARA LA PORTADA

||Retratos del Poder|| Enrique Peña Nieto…su otra mitadDefinitivamente, Enrique Peña Nieto, el iluminado conductor del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la ruta de un eventual retorno a Los Pinos ha probado, en pocos días que lejos de ser un hombre preparado para gobernar es un excelente monito de la tele y que como símbolo de la ignorancia también puede aspirar a la presidencia de la república. Pueden ser ciertos sus dislates literarios, también su desconocimiento de la economía del mundo real sin embargo, esos son únicamente los destellos que se escapan del control de quienes nos lo quieren vender como el remedio para todos los males; del otro lado, en el más oscuro y negro de su historial, en el perfil completo del marido de La Gaviota, se oculta lo más abyecto de quien asegura que no olvida la violencia, que no se olvida de los pobres o que tampoco olvida que el desempleo fustiga a los mexicanos.

De Enrique Peña Nieto, el hoy candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se ha dicho mucho, que es ignorante, inculto, soberbio o no nato sin embargo, dejando de lado que parece jamás ha leído un libro o que desconoce el monto del salario mínimo, en el fondo se esconde otra mitad y esta, es realmente espeluznante. Ese lado oscuro del hijo predilecto de Atlacomulco, es lo que realmente nos debe preocupar a los mexicanos.

Sin más bagaje que una bien orquestada campaña de marketing, sin talento y como ya es público, sin conocimientos y sin cultura, Peña Nieto se convirtió, dicen los que saben, que también impulsado por el vaticinio de una bruja, en el hombre que supuestamente habrá de conducir al PRI de regreso a Los Pinos pero, la realidad obliga a revisar cuidadosamente las cualidades, los pecados privados de quien pretende convertirse en el conductor de los destinos de un país que vive en un clima de crispación y de hartazgo.

El pasado sábado 17 de diciembre, al recibir la constancia que lo acredita como candidato presidencial por el PRI, Peña Nieto insistió en que si bien es cierto, puede olvidársele el nombre de algún escritor, no se le olvida la desesperación en la que viven millones de mexicanos.

“No se me olvida el estancamiento económico y el desempleo de la última década. A mí no se me olvida el dolor de las familias que han perdido a sus seres queridos por el ataque impune de los criminales. No señores, no señores, a mí no se me olvida todo lo que debe tener presente todo gobernante”, expresó en una perorata que quiso sonar a Martin Luther King.

En ese momento, al ex gobernador del Estado de México pareció que si se le olvidan los sangrientos hechos de los días 3 y 4 de mayo de 2006 cuando en un violento operativo policiaco se aplastó a los pobladores de San Salvador Atenco y quienes protestaban por la represión policiaca de unos vendedores de flores y también, olvidó que en esa acción 30 de 47 mujeres detenidas por la policía estatal denunciaron violaciones y vejaciones sexuales al ser trasladadas al penal de Santiaguito, se le olvidó lo que hizo como gobernador del Estado de México.

Lo que también olvidó Peña Nieto, es que en 2010 por cada 100,000 habitantes, el Estado de México registró 15,800 delitos, lo que lo convierte en el cuarto estado con mayor incidencia delictiva en el país, así lo reveló la encuesta del Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad 2010 (ICESI).

En medio de ese entorno de aumento en la delincuencia, violencia y feminicidios, al aspirante presidencial también se le olvidó que de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en la categoría sistema político estable y funcional en sus mediciones, el EDOMEX se encuentra 52% por debajo del promedio y esto tiene que ver con la concentración política, con la no alternancia en el poder.

Esos son los datos duros, los que todos los mexiquenses conocen sin tener necesidad de ser la señora de la casa. Promotor de un supuesto Estado Eficaz, Peña Nieto no ha pasado de ser un mentiroso contumaz. Si bien el Estado de México no es de los más pobres, el 36.3% de su población es vulnerable por carencias sociales; 43.7% se encuentra en situación de pobreza multidimensional; además, el ingreso de un 47.7% de los mexiquenses es inferior a la línea de bienestar, de acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). De acuerdo con el índice de Competitividad Estatal 2010 que elabora el IMCO, el Estado de México se ubica en la posición 28, dentro de los cinco menos competitivos, solo por arriba de Tabasco, Chiapas, Guerrero y Oaxaca. Los números en estos tiempos del cambio y la alternancia también influyen, no mienten y hay que revisarlos.

Durante seis años, Peña Nieto se dedicó a construir una imagen que solo proyectó una mitad de su personalidad, la otra, la más negra, la perversa, esa, la que apenas aflora, es la señal de lo que significaría entregarle el poder a un sujeto que lejos de ser político solo sabe lo que significa manejar la represión, el engaño contumaz, la falacia televisiva y eso, esperemos que no se olvide.

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